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24 de agosto 2025
por Veronica Genta
arte por Verónica Leiton
Ahora que ya hemos pasado la mitad del año, siento que es momento de mirar hacia atrás, de volver sobre lo que he vivido y de reconocer tanto las propuestas del universo que pude recibir como aquellas a las que me resistí. Me imagino este año como un viajero que atraviesa un paisaje cambiante, lleno de desafíos, aprendizajes y momentos de expansión y contracción. ¿Cómo lo he vivido?
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Invierno: introspección y raíces
Sentí que el año comenzó bajo un manto de silencio y reflexión, como si la tierra estuviera cubierta por una nieve que guarda secretos antes de despertar la vida. Enero me invitó a mirar hacia dentro.
Saqué un baúl que guardo en la casa de mis padres, lleno de recuerdos que me recordaron quién soy y de dónde vengo.
Saturno, lento y paciente, me enseñó los límites de mis ilusiones: cada dificultad es un cimiento sobre el que construir mi estar y permanecer.
Júpiter me mostró oportunidades de arraigo y me recordó que la prosperidad llega cuando cuidamos de la tierra, de nuestro cuerpo y de nuestra mente.
La luna jugaba conmigo como un pintor misterioso: sus fases me recordaban que todo cambio se teje en ciclos, y que la intención de la nueva luna y la claridad de la luna llena son caras de la misma enseñanza.
Neptuno, con sus aguas misteriosas, me llevó a lo profundo de mi inconsciente, donde recuerdos, intuiciones y símbolos guiaron mi caminar.
Fue un tiempo de recocción, de contemplación, de conexión con lo profundo de mi alma.
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Primavera: despertar y exploración
Con la llegada de la primavera, la savia subió por los árboles, los brotes rompieron la tierra y la luz me invitó a abrir los ojos.
Marzo me impulsó a moverme, a comunicarme, a explorar caminos distintos. Sentí la curiosidad que despierta la primavera, ese fuego interno que nos invita a preguntarnos por qué hacemos lo que hacemos y hacia dónde queremos ir.
Júpiter seguía consolidando lo sembrado en el invierno, recordándome que el crecimiento requiere paciencia y cuidado. Abril me llenó de audacia: sentí que podía decir sí a la vida, enfrentar lo nuevo y sentir mi fuerza individual sin olvidar la danza con los demás.
Mayo abrió la puerta al florecer pleno: pude cosechar las pequeñas semillas que había plantado, disfrutar los colores, los aromas, los sonidos del mundo y sentir que todo lo tangible y lo espiritual están conectados.
Perséfone nos recuerda los ciclos, los contrastes entre luz y sombra y la oportunidad de expandir nuestra conciencia.
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Verano: acción y creatividad
Ahora, en pleno verano, los días largos y cálidos me envuelven con su luz. La lluvia inesperada y los días brillantes me llenan de energía y creatividad; los deseos se transforman en acción.
Junio me recuerda la fuerza de la mente y de la comunicación: mis ideas fluyen como un río con múltiples corrientes, revelando mensajes que antes estaban ocultos.
Siento el coraje de mostrarme, de brillar y de defender lo que amo. El amor y la pasión aparecen con delicadeza y también con intensidad: primero curioso, luego profundo y protector.
La constancia y la paciencia se vuelven cimientos sólidos para sostener lo que deseo, y la disciplina compasiva me enseña a mantener mis sueños.
La vida sigue sorprendiéndome con cambios inesperados, recordándome que la flexibilidad es un arte que hay que aprender.
Apolo y Artemisa me recuerdan el equilibrio entre acción y contención, entre creatividad y conciencia de nuestras raíces.
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Otoño: ajustes y cierres
El otoño se acerca y, con él, la necesidad de ajustar mis velas frente al viento que cambia. Empiezo a mirar con profundidad aquello que estoy lista para soltar.
Mercurio retrógrado me invita a revisar detalles, a escuchar lo que mis palabras, pensamientos y acciones me comunican.
Venus me recuerda buscar equilibrio en relaciones y acuerdos, a armonizar y reconciliar tensiones.
Saturno vuelve a recordarme los límites de mis ilusiones y la fuerza de la disciplina compasiva.
Júpiter muestra que la abundancia se consolida cuando integro paciencia y cuidado.
La luna llena en Piscis, eclipsada, nos recuerda cerrar ciclos emocionales y espirituales, liberando patrones antiguos y tomando decisiones con propósito evolutivo.
Deméter y Perséfone nos enseñan sobre nutrición, ciclos y la entrega consciente al flujo de la vida. Este período es de balance, ajuste, maduración y consolidación: un puente entre lo aprendido y lo que aún está por desplegarse.
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Invitación
Te invito a hacer este recorrido conmigo, a mirar hacia atrás y hacia adelante, a sentir tu año como un paisaje en movimiento.
¿Qué semillas has plantado?
¿Qué ciclos estás cerrando?
¿Qué nuevas luces te invitan a abrir los ojos?
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veronicagenta@gmail.com +52 415 117 8436 Instagram
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Veronica Genta, tarotista, astróloga, artista textil y maestra Waldorf, integra caminos terapéuticos y espirituales a través de la pedagogía sanadora y la creación consciente. Es la creadora de Casa Crisálida, un espacio de transformación interior y apoyo espiritual.
Este camino la inspiró a investigar diversas técnicas textiles, enseñar a niños y adultos en cursos de arte, cultura y educación, y gestionar proyectos culturales.
Veronica llegó a San Miguel donde perfeccionó sus habilidades en arte textil y su formación en pedagogía Waldorf, además de seminarios de arteterapia y pedagogía curativa.
Su trayectoria refleja un profundo compromiso con la educación y el autoconocimiento, utilizando el tarot, la astrología y el arte como herramientas para fomentar el crecimiento personal y el bienestar colectivo en las comunidades con las que trabaja.
Moda
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